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Espacio del silencio
Sólo el silencio habla
Sólo el silencio infinito de Dios
me habla al corazón y me transforma,
fundiéndose y haciéndose uno con él.
Sólo el silencio habla, canta
y sonríe en mi corazón,
sin música ni palabras,
llenando de gozo inefable
y calma interior toda mi alma.
Sólo el silencio infinito me inunda el alma,
plenifíca mi corazón,
me llena de vida infinita,
me enamora
y me transforma, desde dentro,
es una vida llena de Dios,
en una criatura nueva, divina,
sagrada y vivificada por el Espíritu de Dios.
Señor, silénciame.
Señor, lléname.
Señor, transfórmame…
El Silencio es la música del alma. Pág. 42
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